Papás
y mamás de 1° grado
“Desde
mi corazón, mi más sentido agradecimiento”
El
inicio del curso escolar 2011-2012 fue
muy especial porque estaba yo cumpliendo treinta años de ejercer la docencia,
lo cual me llenaba de gran regocijo, quizá por mi mayor conciencia de tener una
vida más que afortunada, tal vez por la certeza de sentirme transitando el
camino que yo misma elegí para mí, posiblemente por la alegría de ejercer un
trabajo que me apasiona, quizá por la
emoción de recibir a los chicos de primer grado una vez más , probablemente,
por la suma de todo lo dicho y muchas más cosas, estaba yo dispuesta a comenzar con
especial entusiasmo este curso.
Y
muy pronto llega el primer día de clase.
Llegué muy temprano para verificar una
vez más que todo este preparado para acoger a mis
nuevos alumnitos…una vuelta más por el salón para cerciorarme de que
todo este limpio, en orden y dispuesto:
los instrumentos y los útiles de trabajo: guías, libros, plumones; útiles de aseo personal, de limpieza…Las voces
de algunos alumno se oyen, me acerco a la puerta, salgo a saludarlos con
alegría, con afecto, para que se sientan en “casa” y al entrar vean que todo
está preparado para que cada uno pueda hacer lo que deba hacer. Al recibirlos
veo rostros sonrientes, preocupados, asustados, tranquilos, expectantes ante el
nuevo camino que van a emprender.
Sorprendentemente a los pocos días se puede
observar su gran capacidad asimilativa y adaptativa pues cada mañana a medida
que van llegando se ponen a trabajar…saben ya lo que tienen que hacer a su
llegada, para luego disponerse a su clase de inglés.
Durante el tiempo de “trabajo
opcional, la clase vive con su vida propia y en ella se reflejan la complejidad
de caracteres y temperamentos. Dirigidos por mi presencia, traduce las
relaciones complejas de una pequeña sociedad que pasados algunos días del
comienzo de curso, tiene ya su propia fisonomía propia y sus costumbres.
Terminado el tiempo de trabajo
opcional, y una indicación mía, cada uno recoge su trabajo y deja bien colocado
en su sitio el material utilizado, para luego planear las tareas del día
siguiente…los más rápidos empiezan a salir al recreo.
De vuelta a clase, se asean y
se disponen para sus clases especiales, para iniciar y trabajar en un proyecto
o bien para la lectura de un cuento. La jornada ha concluido, entonces salgo a
la puerta para saludar a sus familias y aprovechar esos minutos necesarios de
contacto para dar algunos avisos necesarios.
Antes de retirarme del salón
siempre tenía algo en qué pensar: ¿se fueron los niños contentos de su jornada
escolar?...Gero a comenzado a esforzarse…Jorge Andrés es aún difícil de
ayudar…Jorge Antonio progresa…¿cómo va el conjunto de la clase?
Así fue nuestro día a día en estos diez
meses de trabajo. Como maestra de sus hijos durante todo el curso escolar me
esforcé y procuré, con un gran sentido de la realidad, con mucho tacto, medida
y firmeza, hacer comprender a los niños que estaba allí para ellos, para
ayudarles a trabajar mejor, a hacerles
progresar. Siempre tuve que reflexionar mucho sobre mi manera de actuar de cara
a la clase o de un alumno en concreto. Esa fue mi responsabilidad y la belleza
de mi tarea. Gracias por darme su confianza
y apoyo incondicional, sin la presencia de ustedes, sin su
acompañamiento y participación, sus
hijos no hubieran podido alcanzar todo los éxitos que cosecharon.
Estoy convencida de que, para llegar a la
meta trazada en cada curso escolar, es imprescindible que sea yo capaz de
cosechar al menos una relación con alguien, que no sólo sea importante para mí,
sino que además consiga hacerme saber que soy importante para ella. En este
curso escolar fui una persona muy afortunada pues logré cosechar muchas
relaciones, porque ustedes me lo permitieron… ¡Gracias por celebrar conmigo los
logros de sus hijos!...¡Gracias por acompañarme tanto en los momentos fáciles
como difíciles!...¡Gracias por participar en todas las cosas a los que los
convoqué!...¡Gracias por los obsequios que me hicieron llegar, cada uno de
ellos reflejaba la generosidad de sus corazones!...
¡Gracias por ayudarme a
confirmar que la vocación es la fuerza interior que arrastra a las personas a
cumplir su destino!
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