miércoles, 22 de agosto de 2012






¡Bienvenidos a este nuevo curso escolar!
Familias con la escuela: Colaborar para que los chicos aprendan


¡Bienvenidos a 3° grado!.. Con gran alegría les doy la bienvenida a este nuevo curso escolar en el que nos reencontramos nuevamente, pero ahora los chicos y las chicas están más grandes. Escriben, leen y se manejan con mayor independencia… ¡Cuánto más tenemos para intercambiar!

En este curso la escuela presenta nuevos desafíos, los temas se ven con mayor profundidad y puede ser que este año haya más tarea. Por ello, preparé con mayor cuidado los instrumentos de trabajo para que cada uno de los niños encuentre su posibilidad y a través de ellos logre:
·       Conducir su mente hacia la abstracción
·       Darles la posibilidad de ejercitarse personalmente en el manejo de los instrumentos, respetando las leyes psicológicas de la adquisición intelectual
·       Llevarles a descubrir o aplicar las nociones propiamente aritméticas y generales de números, elementos de la numeración…

Una meta personal para el presente curso es animar a sus hijos en sus progresos, suscitándoles la necesidad de que siempre den un paso más; alegrarme con ellos,  sobre todo de sus pequeñas victorias; convencerles de son capaces de mucho más; incansablemente, darles la confianza, darles la certeza de que pueden llegar avanzar,   perfeccionarse, crecer.

Hacerles saber que el quehacer escolar también es valorado por la familia influye en la actitud de los chicos y las chicas hacia el estudio y los estimula a dedicarse y disfrutar de la escuela y a desplegar todas sus capacidades.

Para los chicos, estudiar es un desafío que a veces puede costarles o no ser divertido. Los padres también pueden ayudarlos a aceptar las dificultades como parte del camino de aprender, brindándoles mucho aliento cuando algo no les sale bien. Recuerden que debemos respetar y proteger la capacidad y el talento individual de cada uno de los niños para potenciar los recursos del grupo.

Aprender en la escuela también quiere decir aprender a trabajar con otros. Se aprende a cooperar, a participar en discusiones, a expresar y justificar las propias ideas, a respetar las diferencias, a valorar a los demás y a escuchar sus opiniones. A la vez, se aprende a manejarse con mayor autonomía, a elegir los compañeros de equipo y los materiales para la tarea y a poder organizar los tiempos.

¡Pongamos manos a la obra!...porque los aprendizajes de estos primeros años en la escuela dejan huella por siempre.
                  
Siempre a sus órdenes, les envío un cariñoso saludo.


Patricia Olavarrieta Díaz




A continuación les dejo unas características propias de los niños de tercer año. Es importante que las conozcan para que puedan identificar y comprender en que etapa de desarrollo se encuentran sus hijos. Hago incapié que no son reglas universales e inamovibles. Cada niño es único pero comparten estos rasgos generalmente.  




Etapas del desarrollo
¿Cómo son los niños de 8 y 9 años?


·       Su personalidad es más expresiva, sus gestos son mas de él.
·       Se siente consciente de sí mismo como persona. Muchas veces piensa en < sí mismo >.
·       Acostumbra a sentirse el centro de cualquier escena y la dramatiza.
·       Quiere que el adulto sea parte  de su mundo.
·       Se siente más identificado con su familia y necesita más de ella, porque ésta tiene sobre él una influencia preponderante.
·       Es sensible ante los desacuerdos y peleas entre los miembros de su familia. Necesita por eso que las relaciones recíprocas con las otras personas se encuentren en equilibrio.
·       A los nueve años su comportamiento es más accesible y responsable.
·       Es activo, tiene numerosos intereses, como: trabajo escolar, alcanzar éxitos en cualquier tarea…
·       Planea su futuro.
·       Es muy sensible ante los problemas que le afectan.
·       Su personalidad e individualidad se van afirmando, es lo que las torna diferentes unas de otras.
·       Es la edad de los tesoros personales, les gusta coleccionar, aunque no son organizados.
·       Emocionalmente sienten necesidad de pedir perdón, sobre todo a los 8 años.
·       A los 9 años poseen un gran sentido de rectitud y justicia, y quieren que la culpa se distribuya equitativamente.
·       Siente inclinación para entrar en conflicto con otros. Dice disculpas para justificar su actitud.
·       La actitud de las personas influye en su educación.
·       La madre continúa desempeñando un papel muy importante en su vida, aunque el padre reciba una dosis cada vez mayor de afecto.
·       Sabe trabajar con mayor independencia, pero necesita que le repitan las cosas con mayor frecuencia.
·       Las recompensas son útiles a esta edad.
·       Que le dejen a cargo el cuidado de sus hermanos menores es positivo, le gusta cuidar de ellos, se siente más responsable.
·       A veces hace falta que le llamen la atención para corregir su concentración, pero trabaja mejor con estímulos y motivaciones.
·       Leer con ellos es importante, en esta edad sienten más satisfacción escuchando una lectura que leyendo, pero conviene estimular los gustos a la lectura propios de esta edad.
·       En su vida escolar conviene estimular el interés que tiene en todo lo que se relaciona con el colegio. Darle responsabilidades concretas.
·       Los compañeros: la influencia de los iguales en los ochos años cobra mayor importancia y la participación social se suele hacer en pequeños grupos de amigos. El sentimiento que se crea al pertenecer a un pequeño grupo contribuye al desarrollo del yo, es decir, de una personalidad propia y estable, así como a una mayor conciencia social y moral.
·       Los adultos: las relaciones de autoridad en este ciclo son a la vez reflejo de la inquietud y el deseo de obrar por sí mismo. A estas edades el niño necesita autoridad y le gusta la disciplina. Cuando no la encuentra espontáneamente, la pide y si no la tiene en casa la busca en el jefe de algún grupo o pandilla con lo que esto puede significar a otras edades.
·       La autoridad le produce seguridad y sensación de estabilidad y le ayuda a controlar su inquietud, pero no le gusta  que sea una autoridad de derecho. A esta edad, el niño necesita decidir por sí mismo cómo ha de actuar, y sus experiencias personales tienen un valor educativo enorme. Debe de existir una mezcla equilibrada entre autoridad y cariño.
  

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